Un descanso en el camino para compartir las experiencias y las búsquedas.

La caminata duró unas dos horas y media en medio de la naturaleza pura, que brindó   sus colores, sus olores, sus texturas, sus sonidos…su luz.  Todo estaba allí  para la percepción de los sentidos.
 
 
Y las cámaras dispuestas a la captura de todo aquello que inquietaba el espíritu de cada uno en un despertar de la realidad y la  fantasía.